24 horas en Madrid: empadronada y acelerada.

Si es la primera vez que entras en este blog, aquí tienes detallado su objetivo.

@DimpelSoto

Muchos son los que me preguntan si me he venido a vivir a Madrid por trabajo. Y la respuesta es sí. Pero para buscarlo...

¿Te vas sin nada? ¿A la aventura? 

Creo que no hay mayor locura que permanecer en un lugar que ya sólo me ofrece una cosa: NO PRESUPUESTO. Barcelona me dio una oportunidad -eso nunca lo olvidaré-, pero la crisis me la ha arrebatado. Así pues, posiblemente cambiar de ciudad no es tan sólo un cambio de escenario, sino un efecto placebo que podría resultar efectivo: si te mueves, algo cambia. Espero que, en este caso, se trate de borrar mi nombre de las listas del INEM.

Y mientras lo intento, ya han pasado más de 24 horas desde mi llegada a la capital. Nada más salir de la estación de Atocha, una bocanada de aire caliente me dio la bienvenida. Bueno... ella y Claudia, mi nueva compañera de piso. Ambas son extraordinariamente acogedoras... ¡Y es raro! Porque desde el minuto 1 he tenido la sensación de que este es mi lugar. Ni Galicia, ni Barcelona, ni Londres... Tres lugares donde he vivido largo tiempo, pero que jamás consiguieron hacerme sentir así. 

Sin duda, la ilusión -y la presión- de conseguir volver a trabajar de periodista influye. Y mucho... Porque me predispone a verlo todo de forma más positiva y, por supuesto, a no perder ni un segundo en pensar si todo esto que estoy haciendo tiene algún sentido. Quiero que lo tenga y punto.

Las vistas a la ciudad desde mi habitación

Hasta este momento he podido visitar la oficina de empadronamiento (¡ya soy madrileña!), el Mercadona más cercano a mi casa, el Retiro (mi nuevo gimnasio), y también he podido guiñarle el ojo al Museo del Prado y al Reina Sofía (mis vecinos). ¡Sí! Vivo en el centro. ¿Quién me lo iba a decir? Yo, doña números que sufre con la llegada de fin de mes, tengo el privilegio de estar en el centro del meollo. ¡Pues sí! Pero ya os aseguro que ha sido un VERDADERO golpe de suerte (ya os lo contaré en otro post).

Mañana toca Oficina de Empleo y la Asociación de Prensa de Madrid. Y en ese orden, porque el primero me dará un documento que me permitirá asociarme al segundo. De ese modo, podré acceder al ámbito periodístico madrileño al módico precio de 6 euros trimestralmente. Una nueva y magnífica opción para los periodistas arrollados por la crisis. ¡Bravo!

Y eso sí, mientras escribo este blog ya he me he puesto en contacto con productoras, he leído ofertas de trabajo online (revisar mi apartado de links. ¡Cada día se actualizan!) y he descubierto qué debo hacer para poder entrar en una lista de candidatos a trabajar en uno de mis programas de TV favoritos. ¡Sí señores! ¡A lo grande! Se trata de una prueba (dura), pero que voy a encarar con todas las de la ley. Ya os iré informando. 

De todas formas, tengo mucho miedo también. Es verano, la gente está de vacaciones y yo pretendo rebuscar en el peor de los momentos. Pero ¡qué le voy a hacer! ¡Es el que tengo...!

Pero ¡eh!, también sigo tecleando con fuerza para publicar una nueva entrevista en dimpelsoto.wordpress.com. Creo que os puede interesar mucho porque su próximo protagonista conoce muy bien cuáles son las claves de un buen CV, y nos explicará una vía profesional en la que los periodistas están ganando mucho terreno. ¡No os la perdáis!

¡Y luchad!