Ya no digo mejor, sino diferente

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Para los que no conozcáis este blog, AQUÍ tenéis detallado su objetivo

Foto extraída de periodicoelchorro.blogspot.com.es

Hoy quiero dedicar mi post a un estremecedor primer plano. Un enfoque falto de postura estética, pero admirablemente sincero y lleno de fuerza. Tan rebosante de sentido que empiezo a cogerle el gusto al desbarajuste social que me ha tocado vivir. Gracias Edward Snowden.

Oculto en la inmensidad de Hong Kong, este domingo dio la cara. Confesó haber sido la fuente que reveló a The Guardian y a The Washington Post los dos programas de espionaje secreto que el gobierno norteamericano ha estado utilizando para espiar a sus ciudadanos. ¡Bravo! ¡Bravo, por contribuir al despeje colectivo!  Personas como él son las que necesita el sistema para darle al reset. Y voy más allá: no soy tan ingenua para creer que todo sistema democrático pervertido que se precie va a ser lo suficientemente humilde -y justo- para reconocer que YA BASTA. No. Pero sí estoy convencida de que se les está brindando a los ciudadanos una oportunidad de oro. Una oportunidad para recuperar la conciencia colectiva y revisar la acepción de la palabra democracia: predominio del pueblo en el gobierno político de un Estado.

Con tan sólo 29 años, decidió intercambiar su casita en Hawaii y sus cuantiosos dólares en cuenta por la libertad. La libertad de expresar la verdad. Una verdad que nos atañe a todos porque configura nuestro presente y nuestro futuro. Más que nunca, pensemos en leyes de transparencia. Pensemos en la corrupción política. Sintamos vergüenza de una Casa Real que dejó el espíritu del 78 en Palma de Mallorca. Gocemos con esos profesionales de la comunicación que arrastran audiencias deseosas de saber más que nunca. Y, por lo que a mí se refiere, recordemos que el periodismo, como oficio hecho desde la consciencia de justicia, es una herramienta infalible. Por favor, no olvidemos eso.

Como dice Jordi Évole: "los periodistas estamos perdiendo el miedo porque cada vez tenemos menos que perder".

Y mientras, Snowden ruega asilo político. Si EE.UU consigue su extradición, podría enfrentarse a la pena de muerte. Tal y como ha publicado eldiario.es: "este ingeniero informático no se arrepiente de haber filtrado la información de alto secreto, y cree que las filtraciones han hecho que los estadounidenses ahora entiendan que tienen el poder de decidir por ellos mismos si están dispuestos a ceder su privacidad a un estado de vigilancia constante".

Nada que añadir.

Tan sólo una cosa: ese primer plano. Ese vídeo con el que hoy me he estremecido. Esas palabras que me han hecho sentir afortunada de poder formar parte de un momento histórico que, si sabemos apreciar, podría dibujar un futuro diferente. Ya no digo mejor, sino diferente.

Y si os quedáis con ganas de conocer más ejemplos de pequeños cambios, os animo a que leáis mi última entrada en dimpelsoto.wordpress.com: el nacimiento de un proyecto que podría ofrecernos, a los profesionales de la comunicación, un futuro más justo.

Yo creo en él. 

¡Sigo luchando! ¡Sigo escribiendo! ¡Sigo creyendo en el cambio!