Si es la primera vez que entras en este blog, aquí tienes detallado su objetivo.
Hay quien me dice que tengo mucha energía. Yo lo llamo nerviosismo.
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| Mi entrevista a Isabel Gaset (Telecinco) dimpelsoto.wordpress.com |
También hay otros que, sin apenas conocerme, consideran que valgo mucho. Yo lo llamo inconsciencia.
Y algunos, los más aventureros, están convencidos de que voy a conseguir mi objetivo. Yo lo llamo trabajo.
Hoy hace 16 días que dejé toda una vida barcelonesa atrás. Unos años de crecimiento llenos de luces y sombras. Sombras que ocultan lo jodidamente necesario para crecer, y luces que siguen marcándome mi camino -el de siempre-: luchar por los idealismos a pesar de los pesares. Porque bien cierto es que soy de esas desgraciadas que han sabido siempre lo que querían, que no han tenido miedo a la renuncia y que todavía no han conocido a esa persona que le convenza de que algo es imposible. Y me denomino desgraciada porque la factura es elevada. No hay espacio para la espera, ni para el NO, ni para la quietud. Y, a veces, no hay ni el más remoto hueco para la rendición. Suena bien... Suena a Happy End... Pero no es así. El paso de los días, la cuenta atrás de la prestación por desempleo, los e-mails que nunca tienen respuesta, los que sí la tienen pero no es la que tú querrías, la realidad política, la actualidad social y los cenizos.
¡Ay, los cenizos! Desde que vivo en Madrid me he tropezado con dos. Son de esas personas que en un ejercicio de sinceridad te escupen comentarios del tipo: has venido en el peor de los momentos... no hay trabajo... la cosa está muy mal... yo no lo he conseguido así que prepárate para lo peor... ¿cómo se te ocurre venir en verano?... tengo un amigo periodista que no encuentra ni trabajo en los restaurantes...
Y otras lindezas. Cierto es que no me afectan en exceso esos comentarios, pero su olor impregna quieras o no. Es como cuando entras en un bar y te comes berenjenas al horno porque eres vegetariana, pero sales oliendo a fritanga. Quieras o no te lo llevas. Calentito. Hediondo.
Por eso, en estos días que mi turismo madrileño se concentra en mi pequeño salón, donde no paro de tirar de contactos, de convocar entrevistas, de twittear como loca, de infojobear y linkedar cual enferma... es cuando esos cenizos apestan mi silla del Ikea. De repente, rebotan dentro de mi caja de resonancia y me enfado. Me preocupo. Y me fumo un cigarro.
No les voy a dar más crédito que a mi esfuerzo. Pero ahí están.
Aun y así, voy a seguir adelante. Por lo menos, lo que me permita el INEM: publicar entrevistas como la de Isabel Gaset (dimpelsoto.wordpress.com) y recordar que los ideales sirven para algo. También puedo dedicar mis horas a la búsqueda de MI trabajo, a la lectura de twits, blogs y lo que se me ponga por delante. A fantasear con que mi recompensa llegará, a crecer como socia cooperativista en SBP-CA (¡ya os estáis apuntando!), a conocer a personas que disfrutan con lo que escribo y a llamar a aquellos que siempre han creído en mí.
Y ahora... ¡cosas positivas! Tomen nota señores:
1. Consultad http://www.fape.es/. Van publicando ofertas de trabajo muy interesantes
2. He descubierto una página web genial: http://www.trabajarporelmundo.org/ En ella hay información sobre trabajos, becas y concursos fuera de nuestras fronteras. ¡Es muy completa!
3. OTRA: http://www.domestika.org/empleo/oferta . Un portal donde constantemente publican ofertas del mundo audiovisual, márketing offline/online y diseño. De casi cualquier ámbito.
Ayer, gracias a una de estas herramientas, tropecé con LA OFERTA. Casi os diría que describía a la perfección lo que llevo tanto tiempo buscando. Ya tienen mi CV, mi teléfono y mis ganas. Ahora me falta una llamada. We'll see...
Y hasta aquí... Un vídeo.
No es la primera crisis que vive el periodismo español. La de principios de los ochenta también fue buena. Entonces, todo un montaje de medios de comunicación, los conocidos como del Movimiento, se fue viniendo abajo. Es cierto que muchos de esos medios sólo cambiaron de manos, así pues no se destruyó empleo; pero, aún así, la Prensa estaba en una situación muy mala y a algunos periódicos de campanillas los salvaron las subvenciones en papel (y alguno, como el Ya, se fue al hoyo).
ResponderEliminarPara los que entonces eran periodistas jóvenes, además, estaba el problema de que en todos esos medios del Movimiento había periodistas baqueteados, con experiencia, que fueron convertidos en funcionarios. Cobraban, no pocos de ellos, por no trabajar; por lo que, con toda su experiencia, podían hacer dumping en los medios aceptando salarios relativamente bajos.
En medio de ese maremagno, había quien decía que el que vale, vale. Y yo creo que, en términos generales, el aforismo se cumplió. No tiene por qué dejar de cumplirse ahora. Eso sí, qué es «valer» y qué es «no valer», eso ya es otra cosa. Tener conciencia y querer ser crítico y todo eso está muy bien; pero demasiadas veces tengo la sensación de que el periodista medio aspira a derribar gobiernos sin haber estudiado.
Me gustaría mucho saber quién es el que escribe bajo el anonimato. Intuyo su nombre, pero la incertidumbre gana por goleada.
EliminarIntuyo también que pertenece al gremio y que le acompañan años de experiencia. Ahora bien: ¿cómo debo tomarme sus palabras?
¿Alentadoras?
Gracias por su tiempo. Por sus líneas.
Las probabilidades de que me conozcas son remotísimas. Y es verdad lo que dices. Yo fui periodista durante muchos años (demasiados: la presbicia me dificulta comentar en blogs como éste, porque tengo serias dificultades para distinguir los capchas), aunque ahora, desde unos cuantos años antes de la presente crisis (o sea, que no tiene nada que ver), me dedico a otras cosas.
Eliminar¿Cómo debes tomarte mi mensaje? Como una propuesta alentadora. O desalentadora (es que yo, también, soy gallego). La gran ventaja que tiene esto es que es muy fácil, extremadamente fácil, saber si es alentadora o desalentadora.
A todos los que somos o hemos sido alguna vez periodistas nos ha capturado, en su inicio, lo mismo. Una especie de combinación entre la inquietud de escribir (sin exageraciones; como bien decía mi profesora de Literatura en la facultad, quien quiera escribir novelas que se vaya a Filología Hispánica, que le irá mejor) y la fascinación por el mito del periodismo: el corresponsal de guerra, el Woodward que se carga a Nixon, el tipo que está ahí cuando la Historia, con mayúsculas, se construye, el amiguete de Messi, el tipo al que temen los poderosos...
Hay un punto, en algún momento de la profesión, cuando el periodista descubre dos cosas. La primera es que la profesión no es tan divertida como parecía. Esto no es ninguna novedad: le pasa también a los químicos, a los pilotos, a los ingenieros y hasta a los funambulistas de circo. La segunda cosa es que lo verdaderamente hermoso del periodismo no es la meta; es el camino. Pero esto segundo lo ven muy pocos; los auténticos periodistas.
Hay dos tipos de periodistas, a mi modo de ver. Para el Tipo 1, absolutamente mayoritario, lo importante es el resultado: el titular, la crónica, sus consecuencias. Para el Tipo 2, lo verdaderamente importante, el Orgasmatrón del periodista por decirlo en términos de Woody Allen, es todo lo que hay antes: la investigación, el descubrimiento, el contraste... el Conocimiento, en una palabra.
Es fácil: si eres del Tipo 1, mis comentarios son desalentadores. Si eres del Tipo 2, todo lo contrario.
Molt interessants i útils els tres enllaços del final. M'has fet recordar en què ara fa un any estava per anar-me'n ben lluny. A l'INEM no se'ls va acudir altra cosa que dir-me: "trabajar afuera?, no se, aquí sólo tenemos información del país, mira en Google". Llavors vaig entendre en quina mena de lloc vivim i perquè estem a la cua d'Europa. Una abraçada!
ResponderEliminarHola Aleix!
EliminarI per què vas decidir quedar-te?
O vas marxar finalment?
Me n'alegro que t'hagin estat útils els tres enllaços que he posat. La idea és poder ajudar-nos entre tots i fer front a una situació per a la que mai m'havien preparat...
Una abraçada!
Pues yo estoy convencido de que Madrid te va a acoger estupendamente y tu oportunidad está al caer. Todo pasa por algo y seguro que las enseñanzas que te llevas con esta experiencia te van a acompañar toda la vida. Suerte!!
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